TEORÍA GRADUALISTA.
Esta no se opone al impacto de un asteroide con La Tierra, y sus
consecuencias, pero pone en tela de juicio que esto pueda ser lo que causó
todas o la mayor parte de las desapariciones, el registro de los fósiles no
parece apoyarlo: el plancton marino fue devastado, pero los organismos de agua
dulce no fueron afectados casi en absoluto; la mayor parte de las plantas
quedaron fuertemente afectadas, pero las tropicales apenas sufrieron pérdidas;
los pterosaurios desaparecieron, pero no las aves; la mayor parte de los marsupiales
perecieron, pero poco sufrieron otros compañeros mamíferos, los placentales y
multituberculados; los ammonites fuero barridos, pero no su pariente el
calamar; los dinosaurios se extinguieron, pero otros arcosaurios de tamaños
semejantes mantuvieron su presencia;...
Las extinciones fueron, pues, altamente selectivas, lo que hace
dudoso el que se debieran a una sola causa: se cuestiona aquí la idea de una
extinción instantánea, rápida.
Al igual que la teoría de los Álvarez, esta debe estar cimentada
en hechos:
* Erle G. Kauffman, de la
Universidad de Colorado, descubrió que el 75% de los grupos de organismos
marinos estaban ya en "decadencia evolutiva": a finales del cretáceo
algunas especies de plancton de aguas cálidas desaparecieron, pero muchas de
las otras víctimas venían declinando en número y diversidad durante los 2 a los
5 millones de años últimos, antes de la extinción final. Kauffman pensó que la
extinción pudo ser causada por un cambio gradual del nivel del mar, de las
corrientes y del clima.
* Robert E. Sloan, de la
Universidad de Minesota, y Leigh A. Van Valen, de la Universidad de Chicago,
encontraron en Hell Creek, junto a Bug Creek (donde trabajó Horner), fósiles de
mamíferos que hasta entonces no se sabía que hubieran existido en el cretáceo:
los 25 metros de espesor de Bug Creek, donde fue encontrado el rápido
desarrollo de los mamíferos, corresponde al menos a un tiempo de 200 mil años;
para el espacio de 3 a 9 metros, entre la aparente extinción de los dinosaurios
y los notables cambios en la flora, corresponde un período entre los 20 mil y
los 80 mil años.
Geológicamente estos tiempos corresponde a un breve intervalo de
tiempo, pero resulta demasiado largo para la extinción masiva provocada por un
asteroide en el cretáceo-terciario.
Además de la proliferación de mamíferos en la capa límite, se
observa grandes cambios en la flora. Pero lo más sorprendente es que los
fósiles de dinosaurios quedan por debajo de la capa límite, es decir, los
dinosaurios habían desaparecido antes de producirse el aumento de iridio (y
otros elementos).
* Una observación de
sedimentos de todo el mundo revelaron un aparente flujo de iridio en los
últimos 10 mil a 100 mil años del cretáceo: los geólogos consideran la posibilidad
de fenómenos de VULCANISMO, que pudo tener lugar durante ese
período de tiempo. Como consecuencia de este, junto al movimiento de las placas
continentales, la India se desplazó hasta el lugar que ocupa hoy día (en Asia).
Además, las muestras de arcilla del límite cretáceo-terciario revelan
cantidades de arsénico y antimonio, junto al iridio, mayores a las esperadas de
una fuente meteorítica.
Officer y Drake considera que la catástrofe del cretáceo no fue
repentina, aunque lo pueda parecer a escala geológica: las erupciones
volcánicas por todo el mundo destruyó vidas y hábitats, oscureció los cielos y
transformó la atmósfera, resultando condenadas muchas especies; probablemente
el vulcanismo hizo descender el nivel del mar, surgiendo nuevas tierras, y enfrió
el ambiente. El descenso de los mares comenzó entre el pérmico y el oligoceno,
alcanzando su máximo en el límite cretáceo-terciario. El clima subtropical
desapareció, predicándose un rápido enfriamiento y un cambio de vegetación, no
dando tiempo a los dinosaurios a adaptarse.
Resumiendo: en el cretáceo, los
mares se retiraron, disminuyendo los niveles del mar entre 100 y 200 metros,
privando de sus hábitats a los animales de las aguas profundas. La tierra se
elevó, los volcanes entraron en erupción por todo el mundo, ensuciando los
cielos y los mares. A continuación se produjo un enfriamiento global, pues al
elevarse los continentes, se alteraron las corrientes de aire. De igual forma,
las corrientes oceánicas modificaron sus recorridos. La temperatura global
descendió muchos grados. Todo esto produjo grandes cambios climáticos, haciendo
que los dinosaurios tuvieran que emigrar. Pero se encontraron con un problema:
a comienzos del mesozoico existía un único continente, Pangea, pudiendo emigrar
los dinosaurios por todas sus partes; a finales del cretáceo, sin embargo, este
supercontinente se había fragmentado, adquiriendo sus fragmentos (los
continentes) aproximadamente la distribución actual, por lo que quedó
interrumpida la extensa emigración de los dinosaurios. Algunos de los mamíferos
más adaptables, provistos de pieles espesas que le permitían conservar el
calor, comenzaron a prosperar en abundancia y a competir con los dinosaurios.
Además, la vida de estos últimos era demasiado larga (entre 75 a 300 años) para
poder soportar cambios bruscos. Fuesen endotermos u homeotermos, pero sin
plumas y pieles peludas, cada vez se verían más indefensos ante la disminución
de las temperaturas. Si un asteroide u otro objeto extraterrestre chocó con La
Tierra, como parece que ocurrió, ello no debió preocupar ya a los dinosaurios,
pues probablemente se habían extinguidos para entonces: si alguno quedó en el
momento del choque, esto sólo hizo acelerar su final.